Tsubame opina: Arete Hime (Princess Arete)

Una joven princesa, un hechicero y el poder de nuestras manos.

Aprovechando que Catsuka, una web francesa estupenda y especializada en hablar sobre la animación de todas partes del mundo, mencionó en su cuenta de Twitter que Arete Hime estaría disponible en Youtube gratis por tiempo limitado (pueden ver la peli con subtítulos en inglés haciendo clic aquí), decidí echarle un vistazo. ¡Estará en el canal de 4°C hasta el 2 de diciembre! Así que aprovechen para verla si les llama la atención. Me doy cuenta de que esta introducción quedará obsoleta con el paso del tiempo, pero la opinión y la reseña al menos tendrán una valía más válida que el enlace jajaja.

 Sin mayor introducción, ¡comencemos!  

Información general

Nombre: Arete Hime (Princess Arete)

Género (s): fantasía 

Estudio: 4°C 

Director: Sunao Katabuchi

Año: 2001

Tiempo de duración: 1hr 45 min

Sinopsis:

Confinada en la torre del castillo por órdenes de su padre, la princesa Arete pasa sus días observando el mundo exterior desde la ventana. Algunas veces, incluso, se escabulle para presenciar el trabajo diario de los pueblerinos. Mientras, los caballeros del reino compiten por la mano de la princesa, probando su valía buscando tesoros esparcidos alrededor del mundo por una raza mágica ya extinta. Sin embargo, lo que Arete desea es conocer el mundo y visitar las tierras exóticas que se mencionan en los libros. Un día, el hechicero Boax llega al castillo con una sorprendente máquina voladora y le pide matrimonio a Arete, prometiendo convertirla en una verdadera princesa.     

Fuente: My Anime List (MAL)

Historia

Arete Hime es una película que tiene una temática muy adelantada para su época. Antes de que Mérida de Brave fuera el ícono de princesa animada que no quiere casarse sino buscar su destino, estaba Arete. O sea, Arete walked so Merida could run básicamente. Hoy por hoy las historias de empoderamiento femenino son mucho más comunes, lo que desde mi punto de vista es un arma de doble filo. Creo que hay quienes lo retratan de maravilla, otros que terminan por venderlo como un movimiento risible y que provoca hastío en la gente. No me malinterpreten, me encanta tener personajes femeninos fuertes, diversos y protagónicos; siempre y cuando cuyo desarrollo o inclusión no corresponda a una obligación con una agenda. Cuando la creación de estos personajes es forzado se siente a leguas y termina por no dejar ninguna moraleja o mensaje relevante. Tal vez estoy adentrándome en territorio sensible, pero son algunas de las reflexiones que suscitan tras visualizar una película como esta.            

La historia de Arete es fantasía en su máxima expresión, un cuento de hadas con un giro en el personaje de la princesa, que en líneas generales suele ser siempre retratada como una damisela en apuros, en eterna espera de un príncipe que la rescate. Muchas otras obras han introducido a princesas con algo más en la cabeza, no se trata de algo que simplemente ocurrió en pleno siglo XXI. De hecho, esta película se siente como materializar la frase de "yo quiero más que vida provincial" de Bella de La Bella y la Bestia (y aunque Bella es princesa por matrimonio y no por sangre, espero que se entienda mi punto). Ahora, Arete Hime como un todo es poner en continuo contraste el estereotipo de princesa de cuento de hadas versus el arquetipo del mismo que representa Arete, una jovencita que tiene una curiosidad insaciable, enamorada de la capacidad y creatividad humana, que tiene más deseos de aventurarse por el mundo que de casarse con caballeros que le ofrecen promesas vacías.    

La aparición del hechicero Boax provoca en último término ese choque entre el "deber ser" contra lo que "realmente es" de Arete como princesa. Boax introduce un conflicto de mayor acción para la cinta, ya que funge como antagonista principal al encerrar en su torre a Arete tanto en sentido figurado como literal. Boax también tiene bajo su merced a un pueblo de los alrededores, obligando a los habitantes a preparar sus comidas a cambio de un suministro de agua para la localidad. La llegada de Arete a la torre del mago supone un cambio en este estilo de vida, una solución definitiva para el problema del pueblo a través de su ingenio. He de decir que para llegar a este segmento más movido y aventurero, la cinta se toma su tiempo, tal vez en exceso, y creo que podría haberse apresurado un tanto más para evitar que el argumento (bastante sencillo, a decir verdad) no se sintiera tan pesado en determinados puntos. Pero las fortalezas de la obra residen en aspectos un tanto más abstractos.  

El mundo y reino que presenta la película es uno muy curioso, si bien ambiguo. Da la impresión de que este reino que observamos se construyó tras las cenizas de nuestra contemporaneidad, quedando sus restos solo accesibles a aquellos que deciden leer los libros correctos (aunque esto es solo una teoría mía). Pese a ello, la trama también termina por homenajear la inteligencia y la lógica, la voluntad que tenemos como espíritus por encima de las creaciones y sus beneficios para el desarrollo de nuestra vida. De nada sirven las tecnologías si no ponemos nuestra cabeza para su uso óptimo. Por otro lado, Arete Hime termina por ser también una oda a la libertad e individualidad, algo que se percibe especialmente en su final. Uno que, debo decir, me resultó mucho más prometedor que lo que la película llega a ofrecer al espectador sobre el mundo presentado, pero no por ello menos satisfactorio.     

Animación

El diseño de personajes en Arete Hime es bastante minimalista. Eso contribuye a que la película en sí pareciera verse como ilustraciones de un cuento para niños en movimiento. Momentos donde la animación brilla los hay, donde destaco la presencia torrencial del agua en determinados puntos de la historia y el brillo de los labios en algunos personajes femeninos. Aunque simple, la animación es bastante cumplida, especialmente considerando su capacidad de transmitir las diferentes emociones que atraviesan los personajes a lo largo de la película. Aquí definitivamente aplica la regla de que menos es más.       

Personajes

El elenco de personajes en Arete Hime es muy pequeño, en realidad podría resumirse en cuatro personajes: Arete, el hechicero Boax, su secuaz rana y Ample, una mujer encargada de servir al mago para garantizar que el agua prometida llegue a su pueblo. En el apartado de la historia ya pude describir un poco a Arete. Lo curioso de su personaje es que atraviesa por una faceta contraria a su yo verdadero, una que contribuye a su desarrollo pues le hace apreciar aún más su libertad al final. Arete es una niña en todo el sentido de la palabra y desafía el status quo. Es una protagonista con la que es fácil empatizar, una por la cual deseas tenga éxito en su cometido.      

El secuaz rana de Boax es uno de los elementos más fantasiosos e "infantiles" de la película en mi opinión. Su adición es más de tono comic relief que otra cosa, pero el hecho de que sea una rana humanizada le agrega dimensión a la magia del hechicero. El secuaz es bastante plano, pero cumple su función. En cambio, Ample es como un catalizador que acelera el renacer de Arete tras su confinamiento. Ample es un recordatorio de la rebeldía de Arete, de la importancia de luchar por una causa y valerse por uno mismo. La mujer termina por ser también una figura materna para Arete, construyendo así la relación más bonita de la obra.   

Boax es un antagonista particular. Tiene la apariencia de un anciano, pero mientras más transcurre el tiempo, más se comporta como un niño caprichoso. No diría que es un villano en su totalidad, aunque a efectos prácticos sí cumple con ese rol. El tema con Boax es que comparte algunas dualidades con Arete, él es un remanente de la grandeza de una raza que fue y ya no es. Princesa y hechicero también comparten una soledad difícil de superar. Sin embargo, Arete tiene un ingenio que Boax carece, y es allí donde el encuentro entre ambos terminará por ser complementario de alguna manera. Los personajes de la cinta tienen todos un determinado carisma, si bien no está presente todo el tiempo, y alcanzan desenvolverse a la altura de una ambientación propia de cuento de hadas con moraleja.           

Sonido

Algunas piezas de Arete Hime parecieran ser capaces de transportarte a otro mundo. Tienen una belleza sutil, agraciada y a la vez llena de ímpetu. Si tuviera que destacar una melodía por encima de otras sería el tema de apertura del filme, que cuenta con una vocalización simplemente mágica y logra capturar la esencia de toda la historia.   

Tema de apertura: "Krasno Solntse (The Red Sun)" - Origa

Veredicto final

Si Arete Hime tiene una temática adelantada para su época, entonces podría concluirse que ha envejecido apropiadamente con el tiempo. Creo que la película se trata de una joyita silenciosa y desapercibida que tiene mucho por ofrecer. Debo admitir que se me hizo a ratos pesada por la lentitud que caracteriza a su narrativa, pero pasados los días después de verla y escribiendo esta entrada me di cuenta del gran valor que esconde el trabajo de Katabuchi y 4° C. Considero que los fanáticos de la fantasía sabrán apreciar la historia de Arete, aun cuando su ritmo no sea apto para todo público. Yo entré sin saber nada respecto a la película y terminé por enterarme que se considera como una de las principales obras feministas animadas de Japón, que a su vez adapta la historia de The Clever Princess de Diana Coles. Aunque particularmente la película no me dejó boquiabierta y en trance como a muchos otros, insisto en que sí pienso que vale la pena. Y no solo por su representación de la mujer y su rol, o el desafío y giro a los clichés de los cuentos de hadas, sino por el tributo al ingenio humano como nuestra de nuestra más pura fuente de magia.    

Por lo tanto, después de observar el águila dorada junto a Arete mientras la acompaño en uno de sus viajes, "califico" a  Arete Hime (Princess Arete) de:

Hasta aquí la opinión/reseña de hoy, espero que les haya gustado. 

¿Ustedes ya vieron o conocían la película? ¿Les gustó? Háganmelo saber en los comentarios si quieren :).

Por ahora, yo me despido y despliego mis alas para retirarme de estos cielos llenos de astucia, realeza y agua. 

¡Hasta el próximo vuelo!

Tsubame